El liderazgo colaborativo se asoma como la nueva alternativa para generar resultados exitosos.

Desde inicios del proceso de civilización ha existido la creencia del desarrollo a partir de una autoridad. De acuerdo con la época, este cargo estaba personificado por representantes dominantes, estrictos y con una escala jerárquica bien definida.

Sin embargo, hoy día ya no se habla de autoridades sino de líderes que ejercen labores mancomunadas con un grupo de alto desempeño. ¿Qué lo hace diferente? El trabajo en equipo y el buen rendimiento bajo los parámetros del Liderazgo Colaborativo.

Dicho término surge en 1994 de la mano de la profesora de Harvard, Rosabeth Moss, quien escribió sobre la ventaja colaborativa que obtienen las empresas al establecer alianzas y reconocer el potencial que tienen las relaciones interpersonales para garantizar el éxito.

Para David D. Chrislip, el líder debe estar tan ocupado del proceso como del contenido; tiene que conocer el escenario sin convertirse en un ser dominante. Este concepto se fortaleció con los diferentes modelos de negocios y las dinámicas organizacionales para la resolución de conflictos.

Según el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la inteligencia colectiva es mayor mientras más sea la sensibilidad social del grupo; y es menor, cuando hay un líder dominante. El liderazgo colaborativo permite conocer con más precisión la industria, los clientes y empleados para potenciar las destrezas del equipo.