La realidad nacional sin duda afecta el ánimo de los empleados y su comportamiento dentro de la organización. Los gerentes y directivos deben minimizar el ambiente de conflicto y recordar constantemente la importancia y el sentido que tiene el trabajo que realiza cada uno de sus colaboradores, comprendiendo las situaciones que cada uno pueda estar sobrellevando. 

La crisis no se queda en la puerta de las organizaciones, es parte de la cotidianidad de los que ahí hacen vida. Todos deben lidiar con la noticia de que algún compañero se va, con las ausencias por razones aparentemente inadmisibles, con el que cae en la improductividad porque siente que nada vale la pena, y así como estas, otras situaciones que afectan el trabajo diario. 

Los líderes de cada equipo debe estar siempre atentos y mantener su capacidad de juicio estable, para detectar correctamente lo que ocurre en su entorno y reconocer el esfuerzo de cada empleado, propiciando espacios para la comunicación y la comprensión. Mantener los valores como bandera es un hábito eficaz que sin duda ayudará a entender y dar mejor respuesta a cada realidad. 

En momentos de crisis la mejor actitud es la disposición a sacarle el mayor provecho posible. Descubre

cinco aprendizajes que dejan las crisis, en este artículo de Debates IESA escrio por el profesor Calos Jimenez.