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¿Los animales se besan?

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Quizás en Occidente se pueda considerar que besarse de forma romántica es un comportamiento universal, pero un reportaje publicado por la BBC, recientemente explica que menos de la mitad de las culturas del mundo lo practican.

El reportaje expone una investigación que analiza las sociedades cazadoras-recolectoras, en ella no se  halla evidencias de que sus miembros se besen, ni que tengan deseos de hacerlo.  “El besarse como se hace hoy en día parece una invención bastante nueva”, dice Rafael Wlodarski, investigador de la Universidad de Oxford, en Reino Unido.

Los parientes más cercanos de los humanos, los chimpancés y los bonobos, también conocidos como chimpancés pigmeos, se besan.

El primatólogo Frans de Wall, de la Universidad Emory de Atlanta, EE.UU., ha sido testigo de ello más de una vez. Ha observado a chimpancés besarse y abrazarse después de haberse peleado.

Por lo tanto, para estos la práctica, más común entre machos y hembras, es una forma de reconciliarse. En otras palabras, no es un comportamiento romántico.

Woldarski asegura que los animales no encuentran en los besos románticos ni satisfactorios. “Puede que acerquen sus rostros o se acaricien, pero incluso los que tienen labios no los unen, apretando los unos con los otros, ni comparten saliva. No necesitan hacerlo”, señala.

¿Por qué no se besan?

La clave radica son las feromonas llamadas androstenonas, que desencadena en las hembras el deseo de aparearse, mas no de besarse.

Desde el punto de vista de las hembras esto es algo bueno, ya que los machos con más androstenonas son también los más fértiles. Y su sentido del olfato es tan preciso que no necesitan acercarse para besar a los machos.

Algo similar ocurre con muchos otros mamíferos. Por ejemplo, la hembra del hámster emite una feromona que hace que los machos se exciten.

Y los ratones siguen un rastro químico similar para encontrar parejas que sean genéticamente diferentes y minimizar así el riesgo de incesto accidental.

Con frecuencia, los animales liberan feromonas con la orina. "Su olor es mucho más penetrante", indica Wlodarski. "Y si hay orina en el ambiente pueden encontrar compatibilidades a través de ella".

Por lo tanto, los animales no necesitan acercarse a una potencial pareja para saber si les conviene o no. Sin embargo, los humanos tienen un sentido del olfato terrible que mejora al acercarse. Es así como las mujeres, de acuerdo con el experto, son más susceptibles de ser seducidas por hombres cuyo olor sea distinto al de ella.

En 2013 Wlodarski analizó en profundidad las preferencias de varias culturas a la hora de besarse. Preguntó a cientos de personas qué era lo más importante a la hora de besar, y descubrió que el olor era más relevante en los periodos en los que las mujeres eran más fértiles.